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Thursday, September 28, 2017

~Radiografía de El Despecho~

-Décimas-

-©-Registrado en Derechos de Autor-©-

El hombre inventó El DESPECHO
y la mujer despechada
que, hermosa o despechugada,
toma todo tan a pecho,
con el corazón deshecho
y con razones de sobra,
pone manos a la obra
y, dándole por su lado,
lo convierte en despechado
y del golpe se recobra.

Si es cierto que la mujer
es sexo débil, y fuerte
el hombre, ¿por qué la suerte
de callar y obedecer
nos pretenden imponer
tantos tales para cuales
y en los bienes y en los males
la peor parte nos toca,
una injusticia que choca
si todos somos iguales?...

La mujer que en San Antonio
tan ciegamente confía,
lo hará tan sólo hasta el día
que sepa que en matrimonio,
pidió su mano el demonio
que adora con tanto empeño
y añicos hace del sueño
de boda y Luna de Miel,
para ser un perro infiel
que pretende ser su dueño.

No dormirá a pierna suelta
nunca más el traicionado
que, con un ojO cerrado
y otro abierto, le da vuelta
a la idea no resuelta
de arreglar la copa rota
de su ceguera devota
por un precio equitativo,
haciendo pasar al vivo
por el más perfecto idiota.

Cuando saben los de afuera
todo lo que adentro pasa,
es el bobo de la casa
el último que se entera.
Lo dirá la lavandera
que siempre llega primero
con el chisme al lavadero,
y el qué dirán que le toca
llevarlo de boca en boca,
se lo dirá al mundo entero.

Muchas veces el cornudo
solamente se da cuenta
cuando por la puerta intenta
entrar; pero ya no pudo,
cuando la Ley del Embudo
que él mismo quiso imponer,
lo obliga también a ver
qué se siente en carne propia
convertido en una copia
del patán que quiso ser.

Si la mujer se da cuenta
de ser la pobre cornuda
y en reaccionar no duda,
sin contemplar ser violenta,
se sentirá más contenta,
lucirá más femenina
si la situación domina
y le aplica sin temor
una dosis al traidor
de su propia medicina.

Si el hombre se cree un toro
de lidia que tiene cuernos
y le hace ver los infiernos
al torero, VALE ORO
que el hombre aprecie el tesoro
que es la mujer, desde luego,
que dentro y fuera del juego
él trata como una vaca,
siendo ella la que le saca
tantas castañas del fuego.

Si el pecador se arrepiente
de su hazaña, que lo dudo,
y temiendo ser cornudo
como un gusano se siente;
pero es tan inteligente
que le da a lo hecho, pecho,
por recuperar el lecho
conyugal... y la sazón
de la cornuda en cuestión,
¡sigue sin tener derecho!...

Porque con la hipocresía
salvando a la conveniencia,
sobrevive la apariencia
de un amor en teoría.
Otro gallo cantaría
si el susodicho se explica
y a practicar se dedica
sincero arrepentimiento,
sin contar el mismo cuento
con el que se justifica.

Al hombre no lo redime
dar marcha atrás, ni tampoco
a la mujer que a otro loco
deja que se le aproxime.
Y, aunque el perdón es sublime
para sanar el fracaso
de casi todo mal paso,
al hombre que no perdona
lo mismo, no le funciona
el perdón en este caso.

Cuando el perdón se administra
de los dientes para afuera,
la relación no es sincera
ni ventajas suministra,
pues la memoria registra
la historia de cabo a rabo,
y no valdrá ni un centavo
la pareja porque ya
cada uno creerá
que un clavo saca otro clavo.

Como el hombre y la mujer
saben que del dicho al hecho
casi siempre hay mucho trecho,
con el ver para creer
no se pueden defender,
pues sospechan que detrás
de la fachada habrá más
del día menos pensado,
cuando piensa el desconfiado:
-'¡Piensa mal y acertarás!'-.

Cuando de su propio invento,
las terribles consecuencias
sufre el hombre, que en las ciencias
no va a encontrar el ungüento
que cure su sufrimiento,
tendrá que llevar la carga
de ese peso que le embarga,
si el dulce de su invención
le hace mala digestión
cuando la vida le amarga.

Si la esposa malquerida
no cumple con su deber,
tiene mucho qué perder
al ser una mantenida.
Por un plato de comida,
el problema nunca aborda,
será muda, ciega y sorda
y, por la comodidad
cambiando su dignidad
se hace de la vista gorda.

En este mundo hay de todo
y a veces la conveniencia,
sin tocarse la conciencia
ve las cosas de otro modo
y a la unión le da un apodo
que al afecto se aproxima,
si las asperezas lima;
pero, al no tener valor
para salvar al Amor,
le pasará por encima.

Si la esposa es indolente
y no pone el corazón
para encender la Pasión
y se muestra indiferente,
al hombre, lógicamente,
le afecta lo que le pasa
y la pareja fracasa,
porque es más fácil que falle
si vá a buscar en la calle
lo que no encuentra en su casa.

Si el toro como la vaca,
tiene cuernos y es legal,
la cornuda natural,
que puede ser gorda o flaca,
si esta misma cuenta saca,
comprenderá de repente
que al marido disidente
que le causa tanto enojo,
le podrá cobrar con ojO
por ojO y Diente por Diente.

Habiendo más valentía
en la paciencia, por tanto,
mejor esperar que al santo,
por fin, le llegue su día.
Recupera su alegría
el que tenga tanto seso
que del trance salga ileso,
ni suicida ni beodo,
pues, tarde o temprano, todo
cae por su propio peso.

Cuando el EGO MASCULINO
pretende más de una esclava,
derrocha ríos de baba
y se expone a que el destino
lo ponga ante el femenino
poder que él jamás respeta,
cuando una mujer completa
se le enfrenta al mujeriego
y lo despoja del EGO
borrándolo del planeta.

Eso de que a cada hombre
siete mujeres le toca,
lo dice el que se equivoca
tratando de que se asombre
la ignorancia con su nombre,
cuando la mentira crece
y no es lo que parece,
porque su verdad no asume
el machista que presume
todo de lo que carece.

Se cree conquistador
ese, que corto de vista,
siempre apunta a la conquista
como un francotirador,
con fama de cazador,
porque a veces lo delata
la inseguridad que trata
de ocultar, lo que equivale
que muchas veces le sale
el tiro por la culata.

El perfecto caballero,
galante que en todo caso,
le suele ceder el paso
siempre a las damas primero,
es la excepción. Si es Obrero
o Príncipe y se comporta
como un hombre que transporta
de la Tierra al Paraíso
a la mujer que lo quiso,
es lo que realmente importa.

Nunca un papel garantiza
para siempre las perdices
que eternamente felices
harán a la olvidadiza
pareja, que simboliza
su amor al pie de la olla,
y el tedio lo desarrolla
poco a poco y a capricho.
No siempre funciona el dicho:
Contigo pan y cebolla.

Si la flecha de Cupido
resultara envenenada,
no servirá para nada,
será siempre un mal marido
quien lució tan buen partido,
saca las uñas por fin
mujeriego y borrachín,
el tipo que nos enrede,
por eso es que no se puede
confiar en San Valentín.

El Despecho es para todos;
pero también para todas,
siempre son de dos las bodas,
o lo que de todos modos
une a sobrias y beodos.
Quien se da golpes de pecho
no ha reparado en el hecho
de que siempre hay sustituto
y que nadie en lo absoluto,
está a salvo del despecho.

Si al elegir compañía,
las apariencias engañan,
esos que nos acompañan
nos engañarán un día.
La Vida es una porfía
entre lo poco acertado
y todo lo equivocado
que ocurre de polo a polo,
y es preferible estar solo
que andar mal acompañado. 

Y vuelve la burra al trigo*,
vez tras vez, constantemente,
con su estilo recurrente
de amar tanto al enemigo,
que hasta le ofrece su abrigo
de tan mala calidad,
que el Amor a la Amistad
ni por asomo se acerca
gracias a la rabia terca
que enferma a la Libertad.

Casi siempre el despechado
atormenta con reproches
al que se ausenta en las noches
y amanece tan cansado
del mismo disco rayado,
que hace honor a su prosapia*
y vuelve a saltar la tapia
en un eterno regreso,
corriendo detrás del beso
que le sirve de terapia.

Cada vez que al Amor castra
el monstruo tan implacable
de los Celos, es loable
que si el peso con que lastra
y al abismo nos arrastra
hasta los mismos infiernos
con sus demonios internos,
sin nada más qué pensar,
sólo resuelva tomar
a ese toro por los cuernos.

No ha nacido todavía
quien goce de inmunidad
contra esta calamidad,
tan común de noche y día
y evidente alevosía
que, aunque religión, gobiernos,
ciencia y pueblos subalternos,
obvien al monstruo desnudo,
al que nace pa' cornudo
del cielo le caen los cuernos...

Casi siempre la saliva
mal usada, nos distrae,
porque en la cara le cae
al que escupe para arriba
cuando el que engaña motiva
a vengarse al engañado;
pero por el otro lado,
me pregunto, ¿qué derecho
tiene el que inventó el despecho
a no ser un DESPECHADO?...

Victoria Teresa Mata.
G_____________

*-Y vuelve la burra al trigo.- Dicho popular. México.
*-Prosapia.- Alcurnia, linaje. Ascendencia de una persona.