~Mi PLUMA~

-Décimas-

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Cada verso que dormita
en el punto de Mi Pluma,
es un Dolor que me abruma
o una Alegría infinita.
La tinta corre y palpita
en la perenne corriente
de ese río transparente
que me regala su espejo,
en el que siempre reflejo
lo que hay detrás de mi frente.

Mi frente es un libro abierto
y Mi Pluma lo recrea
con la tinta que gotea
en el nevado desierto
del papel que, cuando acierto,
su horizonte me despliega;
pero también me lo niega
porque, cuando me equivoco,
Mi Pluma, a veces, tampoco
tan dócilmente se entrega.

Las Musas son mis aliadas
y también mis enemigas,
si sospecho sus intrigas
o regresan encantadas,
dispuestas y enamoradas
de los versos que me inspiran
cuando riman y deliran
con su coro turbador,
danzando a mi alrededor
y con Mi Pluma conspiran.

A sus vaivenes sujeta,
por Mi Pluma vivo y muero,
sólo por Ella me quiero,
sin Ella existo incompleta.
Soy feliz cuando me inquieta,
 entre las dudas oscila
y no me deja tranquila,
satisfago su capricho
 y escribe lo que no he dicho
o mis lágrimas destila.

Cuando escalo su montaña
y a sus cumbres me remonto,
caigo al abismo, de pronto;
pero siempre me acompaña.
Canta claro y no me engaña
porque tan bien me conoce
que elige gozar el roce
del silencio cuando basta
 ser la pluma iconoclasta
que su origen reconoce.

Mi Pluma sólo funciona
con la tinta de mis venas
cuando me matan las penas
y de mí se posesiona.
Me consuela y me razona,
me salva de mi agonía,
repara con Alegría
mi corazón triste y roto,
si mis lágrimas agoto,
me inunda de Poesía.

Mi Pluma y yo, con dos vidas
comunes e independientes,
no somos tan inocentes
si conspiramos unidas
o peleamos divididas,
gracias a mi lado humano,
que nos pone mano a mano
cuando enfrentamos la prueba
del borrón y cuenta nueva
del milagro cotidiano.

No me imagino La Vida
sin Ella y por Ella vivo
esclava del incentivo
de su lealtad. Perdida
me siento si me descuida
por causas inconfesables,
o me ignoran sus amables
y constantes atenciones,
siendo, por tantas razones,
mi Pluma y yo, inseparables.

Si se fugara la magia
que se instala en nuestra historia
y fuera pena la gloria
que su punto me contagia,
sólo pensarlo presagia
que también me fugaré,
huérfana de tanta fe
que me alienta con su influjo,
vivir después sin el lujo
 de mi Pluma, ¿para qué?...

Sin Ella, ¿cómo podría
La Vida seguir viviendo
si, en ese caso, muriendo,
apenas existiría?
Sin Ella, mi poesía
ya no tuviera futuro,
desde mi infancia seguro
si, en La Vida que me suma,
les debo a Dios y a mi Pluma
cada verso que capturo.

¡Deje, por fin, de ser mía
la inconquistable fortuna
del refugio de La Luna
cuando me abandone un día
el don de La Poesía!
¡Que La Musas me destierren
cuando mis OjOs se cierren!,
pues no habré vivido en vano
cuando, con mi Pluma en mano,
en El Olvido me entierren.

Victoria Teresa Mata.

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