Regresando a La Vida, Pygmalión
enloqueció buscando a Galatea,
recreando, de nuevo, la Odisea
que le impuso el Cincel al Corazón.
enloqueció buscando a Galatea,
recreando, de nuevo, la Odisea
que le impuso el Cincel al Corazón.
Y corrió el Gran Artista hasta la entraña
de los bosques de Abetos y Abedules,
soñando aquellos OjOs, tan azules
como el Cielo que mira el Rey de España.
de los bosques de Abetos y Abedules,
soñando aquellos OjOs, tan azules
como el Cielo que mira el Rey de España.
Presintiéndola en cada vericueto,
la exquisita esmeralda del paisaje
le ofreció la riqueza del follaje,
y la volvió a esculpir en un Abeto,
la exquisita esmeralda del paisaje
le ofreció la riqueza del follaje,
y la volvió a esculpir en un Abeto,
despertando, otra vez, la misma Musa,
desnuda como el S☼L de la mañana
con la piel de alabastro y porcelana,
mitad Americana, mitad Rusa.
desnuda como el S☼L de la mañana
con la piel de alabastro y porcelana,
mitad Americana, mitad Rusa.
Para besar su boca, como antes,
arrodilló su boca de amapola
y se puso de pie, con la aureola
de misterio que envuelve a los amantes.
arrodilló su boca de amapola
y se puso de pie, con la aureola
de misterio que envuelve a los amantes.
Entonces, modeló la chimenea
junto a la cuál estuvo la escultura
y, haciendo realidad de la locura,
reencarnó en la estatua Galatea.
junto a la cuál estuvo la escultura
y, haciendo realidad de la locura,
reencarnó en la estatua Galatea.
Cómplices, el Mar y la Montaña,
de los amantes, guardan el secreto,
tallando en la madera del Abeto
el Lujo Señorial de Mi Cabaña...
de los amantes, guardan el secreto,
tallando en la madera del Abeto
el Lujo Señorial de Mi Cabaña...
Victoria T. Mata.
Gl________________